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La ninfa albina es una variante de la ninfa común (Nymphicus hollandicus) que se caracteriza por la ausencia total de melanina en su plumaje. Esto hace que tenga un aspecto completamente blanco, con los ojos rojos y las patas y el pico de color claro.
Morfología
A pesar de su apariencia inusual, la morfología de la ninfa albina es la misma que la de la ninfa común.
Es un ave pequeña y compacta, con una longitud que oscila entre los 30 y los 33 centímetros y un peso medio que ronda los 80 gramos. La cabeza es redonda y las plumas del cuello son más suaves que las del resto del cuerpo. Las alas son largas y puntiagudas, y la cola es corta y cuadrada.
Las patas de la ninfa albina son cortas y fuertes, y están cubiertas de escamas. El pico es curvado y está adaptado para romper y pelar semillas y otros alimentos. Los ojos son grandes y redondos, con un iris de color rojo intenso debido a la falta de pigmentación en la retina.
Comportamiento de la ninfa albina
En cautiverio, las ninfas albinas son conocidas por ser muy activas y curiosas. Les encanta explorar su entorno y jugar de forma activa. También son muy sociales y les encanta interactuar con sus dueños y con otras aves de su especie.
A diferencia de otras variedades de ninfas, las ninfas albinas son conocidas por ser un poco más tímidas y nerviosas. Pueden asustarse fácilmente ante ruidos fuertes o movimientos bruscos y pueden necesitar un poco más de tiempo para adaptarse a su nuevo hogar.
Sin embargo, con tiempo y paciencia, las ninfas albinas pueden llegar a ser muy cariñosas y afectuosas. Son capaces de aprender trucos simples y algunas palabras si nos centramos en el adiestramiento.
Debemos recordar que las ninfas albinas, al igual que otras aves, necesitan tiempo fuera de su jaula para ejercitarse y socializar adecuadamente. También requieren de una correcta alimentación y cuidados regulares para mantener su salud y bienestar.
Reproducción de la ninfa albina
El albinismo en ninfas es un rasgo recesivo que se hereda de forma autosómica. Esto significa que se necesitan dos copias del gen recesivo para producir ninfas albinas. Los padres pueden ser portadores del gen del albinismo, lo que significa que aunque no sean albinos, pueden tener una copia del gen recesivo y transmitirlo a su descendencia. Si ambos padres son portadores del gen del albinismo, hay una probabilidad del 25% de que sus crías sean albinas.
Hay diferentes tipos de albinismo en las ninfas, pero la forma más común es el albinismo de tipo 1 (u «ojo rosa«), que se caracteriza por tener plumas blancas, ojos rosados o rojos, y piel clara.
Cabe mencionar que cuando te decantas por adquirir una ninfa papillera albina, es imprescindible conocer el estado de salud de los progenitores. Al ser un tipo de ninfa delicada recomendamos hablar con el criador para comprobar que estén sanas.
Es importante tener en cuenta que la reproducción de ninfas albinas requiere un cuidado especial, ya que su falta de melanina puede hacer que sean más sensibles a la luz solar y a los rayos UV. Por lo tanto, es recomendable proporcionarles un ambiente con sombra y limitar su exposición al sol directo para evitar daños en la piel y los ojos. Además, se recomienda proporcionarles una dieta equilibrada que contenga suficientes nutrientes para mantener su salud.
Tabla de combinaciones genéticas
PADRES | DESCENDENCIA | |||
albina | X | albina | = | 100% albina |
albina | X | ancestral | = | 50% albina – 50 % ancestral portador |
ancestral portador de albina | X | ancestral | = | 50% ancestral – 25% albina – 25% ancestral portador |
ancestral portador de albina | X | albina | = | 50% albina – 25% ancestral – 25% ancestral portador |